Los efectos de los trastornos nutricionales en las plantas son diversos y van desde anomalías del crecimiento, clorosis y necrosis hasta la inhibición del crecimiento o incluso la pérdida de todo el cultivo. Por lo tanto, los trastornos nutricionales pueden ser una razón importante para una reducción pronunciada del rendimiento y la calidad de los productos cosechados. Los niveles excesivamente altos de nutrientes o, en particular, los niveles elevados de sustancias potencialmente tóxicas en las plantas alimenticias y forrajeras también son muy relevantes desde el punto de vista médico y de salud de los animales. Generalmente, durante el crecimiento juvenil intensivo ya se pueden reconocer graves reducciones del rendimiento o anomalías del crecimiento y deben aclararse lo antes posible para derivar las medidas preventivas adecuadas.

Un análisis de las plantas, idealmente en combinación con un análisis del suelo, ha demostrado su eficacia para determinar las causas de las reducciones o anomalías del crecimiento. El análisis de las plantas permite una evaluación confiable del estado nutricional en el momento del muestreo, mientras que un análisis del suelo también aclara las limitaciones de crecimiento debido, entre otros, a la acidificación del suelo, las deficiencias crónicas de nutrientes y los desequilibrios de nutrientes en el suelo/sustrato. En general, un análisis de la planta proporciona la base para cualquier fertilización complementaria, mientras que un análisis del suelo sirve para determinar medidas de mejora con respecto a las propiedades del suelo/fertilidad del suelo, así como recomendaciones de fertilizantes para cultivos siguientes.

Una comparación directa de plantas con y sin síntomas de deficiencia del mismo campo o de sitios comparables es particularmente informativa.